6 maneras de lidiar con las actitudes negativas que perturban tu vida

6 maneras de lidiar con las actitudes negativas que perturban tu vida

Hay muchos ejemplos de actitudes negativas en la sociedad actual. Muchas personas piensan así:

  • «Tengo miedo de equivocarme. No tengo derecho a equivocarme»;
  • «No puedo tener éxito sin dinero ni contactos»;
  • «No sé cómo ganar dinero y no conseguiré nada»;
  • «Mi aspecto es feo. A nadie le gusta la gente gorda o muy delgada»;
  • «Prefiero vivir como estoy ahora, que dar un paso hacia lo desconocido»;
  • «Quiero llorar o quejarme de mis problemas, pero no tengo a nadie».

Y estos son sólo algunos ejemplos de actitudes negativas. De hecho, hay muchos más.

¿Por qué surgen en la cabeza de las personas? Pueden aparecer por diversos motivos: por comentarios descuidados de los padres, críticas en el trabajo, cumplidos cuestionables de conocidos o malas experiencias en el pasado. En cualquier caso, se alojan firmemente en el subconsciente y ahora pueden interferir con el crecimiento en el trabajo, la creación de relaciones con amigos o parejas y (lo más importante) el amor a uno mismo.

La buena noticia es que puedes trabajar sobre las actitudes negativas y sustituirlas gradualmente por otras positivas. Y hoy vamos a hablar de cómo hacerlo.

¿Qué son las actitudes psicológicas y cómo afectan a la vida?

Las actitudes psicológicas son creencias que han surgido en algún momento de la vida de una persona. A menudo ni siquiera es consciente de ellas, pero afectan a sus acciones en diferentes situaciones.

Las actitudes psicológicas pueden ser positivas y negativas. Por ejemplo, si los padres elogian al niño y destacan sus puntos fuertes, lo más probable es que interiorice la creencia «soy bueno, puedo hacerlo». Si se le señalan constantemente las deficiencias, el niño puede crecer como un pesimista con la actitud negativa de «no tendré éxito». Por ello, incluso en la edad adulta, le resultará difícil iniciar nuevas actividades.

Antes de trabajar con las creencias negativas, tienes que averiguar qué actitudes psicológicas tienes. Para ello, puedes escribirlas en un papel y pensar de dónde vienen. Si no te viene nada a la cabeza, puedes hacerte preguntas:

  • «¿Qué mensajes verbales y no verbales me dieron mis padres?»;
  • «¿Qué me dijeron los profesores y los compañeros durante mis años escolares?»;
  • «¿Hubo situaciones en las que no fui bueno en algo? ¿Cómo me sentí?».

¿Para qué sirve? En primer lugar, te permitirá darte cuenta de que las actitudes perjudiciales existen realmente, y entender cómo suenan. En segundo lugar, te permite mirarlas desde fuera y con una mente abierta. A veces incluso este paso es suficiente para entender cómo cambiar tu vida (una evaluación objetiva de la situación ayuda a notar el fracaso de la actitud y a cuestionarla).

¿Cómo hacer frente a las actitudes negativas?

Hay al menos seis formas efectivas de dejar de hacerlo:

1. Practicar la escritura

Las prácticas de escritura ayudan a afrontar las experiencias desagradables y a liberar las emociones negativas. Por ejemplo, la escritura libre es una forma de poner la mente en el papel y encontrar en ella pensamientos perturbadores.

Formula una afirmación que te moleste e intenta averiguar qué sentimientos evoca. Coge un papel y un bolígrafo, o abre un procesador de textos. Establece un límite de tiempo: si estás empezando a practicar la escritura autónoma, escribe durante 10 minutos. Poco a poco, puedes ir aumentando las sesiones hasta los 15-20 minutos.

Empieza a escribir. No releas, no corrijas los errores y no analices lo que has escrito. Si no se te ocurre nada, escribe «no tengo pensamientos». Puedes escribir la misma frase una y otra vez: ayuda a aliviar tu cerebro. Con el tiempo, aparecerán pensamientos útiles en el papel, aunque te lleve varias sesiones de escritura.

Cuando se acabe el tiempo, detente y relee lo que has escrito. Subraya las ideas que merecen atención. Si no tiene sentido, tómate un descanso e intenta una segunda sesión más tarde, cuando puedas centrarte en el tema que quieres entender.

2. Intenta sustituir las actitudes perjudiciales por otras nuevas y positivas

Este método le ayudará a cambiar el foco de atención de lo malo a lo bueno en usted.

Haz una lista de tus actitudes negativas, y frente a ellas escribe las útiles: las contrarias o simplemente con significado positivo. En lugar de «El amor hay que ganárselo» escribe «Me merezco el amor». Y en lugar de «El dinero no es la felicidad» escribe «El dinero me da nuevas oportunidades».

La persuasión debe formularse en tiempo presente, ser específica y evocar emociones positivas. Evita la partícula «No»: en lugar de «No quiero ganar poco dinero» escribe «El dinero llega fácilmente a mi vida».

Relea las actitudes positivas todos los días, diciéndoselas a sí mismo y prestando atención a las emociones que surgen. Con la práctica regular, las áreas del cerebro responsables del procesamiento de la información pueden activarse, así como los centros de recompensa que responden a otras experiencias agradables.

Consejo: No siempre es posible desprenderse de forma independiente de las actitudes negativas y sustituirlas por otras positivas. En este caso, tiene sentido consultar a un psicólogo: él ayudará a iluminar las creencias presentes y a trabajar con ellas.

3. Haz un collage de éxitos

Esto te permitirá distraerte de los pensamientos negativos y, al mismo tiempo, expresarte de forma creativa.

Recuerda los momentos en los que fuiste feliz y confiado, y los logros de los que te sientes orgulloso. Anota cada uno de ellos en una hoja aparte y, si es posible, apóyalos con fotos o ilustraciones. A continuación, júntalos todos en un mismo lugar: ponlos en una bonita caja o haz un collage online (por ejemplo, en Pinterest) o físico (en una pizarra de corcho).

Ese collage puede colocarse encima de tu escritorio o colgarse en el dormitorio sobre tu cama. Míralo periódicamente para recordarte las cosas buenas y para recordar que las actitudes negativas son sólo pensamientos intrusivos, no un reflejo de la realidad. Recordar las cosas por las que estás agradecido te ayudará a sentirte más feliz y te dará esperanza en lo mejor.

4. Practica la meditación

La meditación ayuda a combatir la ira y otras emociones negativas, incluidas las relativas a uno mismo. También le enseña a dirigir sus pensamientos en la dirección correcta.

Para deshacerte de las críticas internas, puedes practicar la meditación regularmente por la mañana o por la noche. Y si las emociones de las actitudes dañinas se interponen durante el día, haz una pausa en el trabajo, medita y vuelve a la carga.

La meditación no te quitará mucho tiempo. Puedes reservar 15-20 minutos al día para empezar. No tienes que meditar en la posición de loto. También puedes sentarte en una silla, siempre que la columna vertebral esté recta.

Tu tarea durante la meditación es concentrarte en algo concreto. Algunas personas se concentran en la respiración, otras repiten un mantra. Pero para un principiante, también puedes elegir un objeto material, como mirar la llama de una vela.

Durante la meditación, aparecerán varios pensamientos en tu cabeza: planes, fragmentos de conversación o el deseo de cambiar de postura. Intenta ignorar estas distracciones para poder volver al objeto en el que te estás concentrando una y otra vez. La meditación te ayudará a desarrollar la concentración y a aprender a notar lo que pasa con tu cuerpo.

5. Analiza tu entorno

Esta es una tarea emocionalmente difícil pero importante. A veces, algunos amigos, colegas, compañeros o familiares sólo alimentan la creencia en actitudes perjudiciales. Puede que se guíen por las mejores intenciones (simplemente porque creen en la verdad de esas actitudes).

Pero si te sientes constantemente cansado o irritado después de comunicarte con esa persona, debes desconfiar.

Presta atención: ¿Su amigo se alegra de sus logros, o sólo los critica? Piénsalo: ¿le tratas con confianza o intentas no contar demasiado? Si crees que la comunicación no aporta nada positivo, puede ser necesario limitarla.

6. Consulta a un psicólogo online o en persona

Puede ser difícil pasar por todo solo, así que la ayuda profesional es la adecuada para ti. Un psicólogo ayudará a comprender la difícil situación de la vida y a trabajar las actitudes perjudiciales.

Consejo: El miedo a ir al psicólogo también puede ser una actitud negativa. Pero en realidad es una forma de comprenderse mejor a sí mismo, de encontrar las fuentes de malestar y de llegar poco a poco a una relación sana con uno mismo y con los demás.

Puede trabajar con un psicólogo en línea: no es menos eficaz que una reunión cara a cara, y no tiene que gastar tiempo y energía en los desplazamientos.


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