Adelanto de la carrera: 10 reglas para adelantarse a sus colegas

Hacer carrera es como conducir por una autopista: una vez que te han pasado por encima, tienes que avanzar en la corriente general. Aunque no seas un millennial y no formes parte del ambicioso 40% que espera un ascenso cada uno o dos años, un día querrás «llegar» a un lugar cálido con un sillón de cuero, un seguro, primas y un sueldo que no te avergüence contar a tus padres.
En este artículo, te contaremos cómo tener éxito en la promoción profesional. Te hablaremos de «cómo sortear el tráfico en los primeros diez kilómetros» y adelantarte a tus compañeros.
Hazlo bonito y será bonito
Hoy en día se escriben muchos consejos «correctos» sobre una carrera rápida y el éxito. Vamos a enumerar sólo algunos de ellos:
- Levántate temprano y medita, luego practica la gratitud, visualiza planes y objetivos, y llénate de amor (Tony Robbins recibe millones por estas recomendaciones, así que ¿por qué no probarlo?);
- Corre por la mañana (correr te convertirá en una persona);
- Desayuna como es debido, no una taza de café instantáneo;
- Lee un libro nuevo cada semana (y sería estupendo que recordaras y utilizaras alguno);
- Consigue un trabajo a través de contactos o encuentra un mentor;
- Llega al trabajo a tiempo y sal más tarde que tu jefe;
- Vístete como si ya estuvieras en un puesto superior;
- Asegúrate de que cada nuevo contacto de tu red de LinkedIn aprecia tus habilidades profesionales (incluso si acabas de saludar a esa persona en una feria);
- Sé siempre amable con la recepcionista, la secretaria ejecutiva y el administrador de sistemas.
¡Ah, sí! Casi lo olvidamos: envía memes y emojis a los slackers, jeers y otros mensajeros más a menudo, donde la inteligencia artificial ya está rastreando tu «actividad» y «compromiso».
Los consejos anteriores son geniales, pero por alguna razón no siempre funcionan para todos. ¿Quizás necesites un conjunto especial de genes o la colocación de las estrellas al nacer? Seguro que te acuerdas de uno o dos asistentes conocidos: los asistentes de los directivos junior, que van vestidos de Hugo Boss con el 13º sueldo y todos los demás pidiendo ser su mentor.
En general, te aconsejamos que sigas los «hermosos» consejos, por si acaso. Los artículos de Internet titulados «158 cosas que hacen las personas de éxito antes de despertarse» no pueden estar equivocados. Ah, y una carrera por la mañana con un libro útil por la noche no estaría de más.
¡Uf, eso es todo! Ahora podemos ir al grano. Te contamos cómo hacer una carrera exitosa, incluso si el conjunto de genes es estándar, y no crees en los horóscopos.
1. Demuestra tu valía. Deshazte del síndrome del impostor
Se cree que el deber de inseguridad en sus logros y solvencia profesional ayuda a las personas a mover montañas y lograr lo imposible. Pero todo tiene un límite: un día tendrás que admitir que «te lo mereces» – o el lugar caliente vacante pondrá a alguien que grita audazmente sobre sus méritos en cada esquina y en las redes sociales.
¿Es más fácil decirlo que hacerlo, y el coste de un psicólogo no entra en el presupuesto familiar? Empieza por lo básico:
- Cambia tu actitud hacia los fracasos y rechazos profesionales -de clientes, socios, supervisor-. El fracaso es una retroalimentación, sobre la cual te convertirás en una mejor persona. El fracaso es una reorientación hacia un camino mejor (tienes el ingenio de idear un «plan B», ¿verdad?);
- Deja de esperar a sentirte 100% preparado. Imagina que estás preparado al 99% y actúa en consecuencia;
- La confianza en uno mismo no reside en las afirmaciones y los elogios del jefe. Es el resultado de una acción regular y de pequeños pasos que llevan a alguna parte. Da pasos y tu confianza crecerá.
2. Prometer poco y… superar las expectativas
Lo más triste del trabajo es que hay que hacerlo. Si sueñas con superar a todos tus compañeros, tienes que esforzarte. Y ni siquiera eso es suficiente (¡hay muchos adictos al trabajo hoy en día!)
Sé más inteligente: habla y promete lo «mínimo» y luego exprésate lo suficiente como para que los que te rodean se queden boquiabiertos y se les salgan los ojos de las órbitas.
Sí, sabemos que no es fácil. Al fin y al cabo, has pasado meses o años perfeccionando tus habilidades. Pero intenta seguir esta regla. Es mejor guardarse los secretos de la superproductividad para uno mismo, y responder modestamente a los elogios de tu jefe.
3. Aprovechar todas las oportunidades de crecimiento
La experiencia lo demuestra: hacen carrera los que aceptan proyectos que no gustan a nadie. Esos proyectos son complejos, con perspectivas poco claras, apoyo formal de la dirección y beneficios evidentes en caso de éxito.
Poner orden en la base de clientes, preparar el departamento de contabilidad para la transición a las normas IFRS, realizar un análisis de la competencia… como parte de las funciones del puesto. Ayudar a los consultores externos a realizar ejercicios de creación de equipos corporativos, escribir artículos para el periódico de la empresa, simplificar los formularios de información interna o idear reglamentos convenientes para las tareas rutinarias – a base de «puro entusiasmo», valor y creencia en los beneficios a largo plazo.
Además, haz el trabajo que quieres hacer antes de conseguirlo. Asume papeles de actor, ofrécete a ayudar a tu jefe en proyectos que le hagan quedar mejor (y te proporcionen una experiencia útil a largo plazo).
4. Trata de amar el networking interno (y al menos un RRHH)
Todo el mundo sabe que nunca hay que comer solo, pero pocos tienen idea de con quién hay que quedar para cenar. Los principales «objetivos» son dos:
- Personas que han sido ascendidas recientemente. No importa que no sean de tu departamento y que ser amigo de ellos no te consiga una bonificación trimestral o proyectos interesantes. Lo importante es que averigües qué tipo de cualidades tienen y animen a los líderes de tu empresa. Queda alimentar o enfatizar lo mismo en ti mismo;
- Un especialista en RRHH amigable. Contar con un informador que te avise puntualmente de las ofertas de empleo te da ventaja sobre tus colegas rivales. Los profesionales de RRHH son los que suelen tener el dedo en el pulso de lo que ocurre en la empresa y en el mercado laboral en general. Son útiles amigos del trabajo. Y la falta de competencia oculta (¡a menos que tú mismo seas un especialista en RRHH!) hace que la amistad sea agradable… y a veces real.
5. Conviértase en el solucionador de problemas interno
La solución de problemas consiste en resolver problemas irresolubles. Créame, todas las empresas tienen problemas de este tipo, y su solución puede llevar semanas o incluso meses.
¿Cómo se encuentran esas tareas? Busque en la oficina las cosas que obstaculizan la productividad, causan gastos innecesarios, socavan la seguridad en el trabajo o impiden que la empresa alcance sus objetivos. Desarrolle un plan para mejorar estas áreas y ofrezca a la dirección una solución en forma de usted, su experiencia y entusiasmo.
También puedes formar a los recién llegados como mentor, arreglar un router rápidamente, compartir contactos útiles o escribir chatbots con fines empresariales (si sabes cómo). Pero ten cuidado: tu objetivo es convertirte en imprescindible en principio, pero no en tu propio lugar de trabajo.
6. Hazte visible
«No esperes a que los demás presten atención a tu trabajo y tus logros. Sólo trabaja». Es un gran consejo, pero es inútil. Puede que se fijen en ti dentro de tres años, diez años, o quizás nunca…
Si tu objetivo es ascender en tu carrera y tener éxito en tu promoción profesional, debes aprender a mostrarte de la mejor manera posible, para ser siempre visto por tus superiores. Pero es importante no exagerar.
¿Cómo encontrar la delgada línea entre la autopromoción y la fanfarronería para no cruzarla? He aquí algunos consejos:
- Participe en proyectos que estén «a la vista del público»: que aparezcan en publicaciones corporativas, que se celebren con fines de relaciones públicas de la empresa o que formen equipo con representantes de otros departamentos;
- Asistir siempre a eventos de formación y creación de equipos para desarrollar habilidades blandas: hay muchas oportunidades de establecer contactos fuera de tu departamento y de tus responsabilidades profesionales;
- Escriba artículos para el blog de la empresa como experto;
- Elogie estratégicamente a los demás, por ejemplo, reconociendo públicamente sus contribuciones a su proyecto. También pida consejo de forma estratégica. Por ejemplo, según un estudio realizado por la profesora de la Harvard Business School Alison Wood Brooks, la gente percibe a los que piden consejo como más competentes que los que no lo hacen;
- Habla en las reuniones, incluso si tu opinión entra en conflicto con la de los demás. Esto nos lleva al siguiente consejo…
7. Acude siempre (!) preparado a las reuniones
Su contribución a la solución de los problemas comunes debe ser evidente. Y para ello, ¡debe serlo! Tómate el tiempo necesario para pensar en tus propuestas, reunir argumentos para ellas, visualizarlas… en general, ser convincente.
8. Aprende tu profesión con antelación, hazlo antes de que te pidan
No sólo es importante estar bien versado en su profesión, sino que está aprendiendo constantemente lo que puede necesitar en el siguiente nivel profesional:
- la capacidad de gestionar personas;
- la capacidad de delegar responsabilidades adecuadamente;
- la habilidad de negociar eficazmente;
- la habilidad de asignar razonablemente el tiempo y los recursos;
- el dominio del equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
Asegúrate de compartir públicamente los éxitos de tus estudios y formaciones. Lo paradójico es que las historias sobre los logros laborales pueden percibirse como jactancia, pero las historias sobre los logros académicos no lo son. Si admites que no sabías o no podías hacer algo, demuestras humildad y modestia.
Si la empresa fomenta el autoaprendizaje (por ejemplo, enviando a los empleados a cursos de desarrollo profesional o pagando la biblioteca corporativa), aprovecha cualquier oportunidad y agradécelo a los directivos.
9. Ser un rayo de luz en un reino oscuro
Si no puedes ser el «alma del equipo», intenta ser una persona positiva. Bajo ningún concepto critiques a nadie ni seas un negativista tóxico. En cualquier equipo hay muchos detractores, pero en la promoción profesional salen adelante (en teoría) los que ven oportunidades, no obstáculos. Y los que son difíciles de no gustar (en la práctica).
10. Rara vez, pero acertadamente, rompe las reglas
Sí, lo sabemos, toda empresa tiene un conjunto de normas. Y cuanto más grande es la empresa, más reglas hay, y hay que cumplirlas estrictamente. Sin embargo, estas reglas se crean principalmente para la disciplina (te parece bien, ¿verdad?). Algunas reglas pueden romperse, lo principal es entender cuándo es apropiado. Puedo nombrar con seguridad dos situaciones:
- Supongamos que una empresa ha publicado un puesto que te interesa (con una promoción), pero los requisitos establecen que el candidato debe tener más de cinco años de experiencia laboral, y tú sólo tienes dos años de experiencia. ¡Al diablo con las normas! ¡Envía tu currículum y presenta tu candidatura! Incluso un rechazo por parte de un supervisor o de una persona de RRHH te proporcionará información y te ayudará a elaborar un plan de formación para el próximo año;
- Digamos que no hay vacantes en la empresa. Pide un ascenso, aunque no te lo ofrezcan. La probabilidad de que el propio directivo se lo proponga es mínima: usted, como excelente empleado, le conviene en su puesto actual. Pero rechazar un ascenso sin justificación le resultará más difícil que pasar por alto las posibilidades.
Estos son todos los consejos. Si sigues estas reglas, te será mucho más fácil tener éxito en tu promoción profesional y conseguir un buen ascenso.