Una parábola de supervivencia y señales del universo

Usted puede creer o no creer en las señales de arriba o la naturaleza esotérica de nuestro ser, sin embargo, la ciencia ha demostrado repetidamente que la meditación permite a una persona para llegar a tales profundidades del subconsciente, que no se puede lograr cualquier otra actividad o terapia.
El universo nos envía no sólo lecciones para nuevas experiencias, sino también pistas en forma de señales. Constantemente nos muestra el camino correcto, nos advierte de los problemas, nos protege de algo, por lo que es muy importante aprender a ver y descifrar correctamente sus instrucciones.
Con la ayuda de las señales, el Universo nos ayuda a encontrar nuestro verdadero propósito y a convertirnos en lo que debemos ser. Normalmente los mensajes del Universo nos llegan codificados en forma de mensaje alegórico o de un símbolo peculiar. Se necesita práctica para aprender a ver y descifrar las señales. La sabiduría de nuestros antepasados también puede ayudar, como ésta, encapsulada en una antigua parábola.
Una parábola de supervivencia
Un día el hombre decidió comprender el conocimiento espiritual. En la antigüedad, si había tal deseo, la gente buscaba la soledad en la naturaleza. Así que el hombre fue al bosque y encontró un lugar adecuado para la meditación. Después de sentarse en una gran roca, no muy lejos de él, observó un zorro mutilado. Probablemente, el animal había caído en una trampa de caza. La naturaleza no es favorable a tales limitaciones. Un animal que no puede conseguir su propia comida no vivirá mucho más. Sin embargo, a pesar de que el zorro no tenía patas delanteras, parecía sano y bien alimentado.
El hombre se dio cuenta de ello y sintió curiosidad por saber cómo se las arreglaba el zorro sin sus patas. Pero necesitaba meditar, así que cerró los ojos y se puso manos a la obra. Así continuó hasta el atardecer. Al atardecer, el hombre oyó el gruñido de un león cerca y tuvo que interrumpir su meditación. Decidió subirse a un árbol. En ese momento, un león salió del bosque. Tenía un trozo de carne en la boca. El depredador se acercó y puso su presa delante del zorro mutilado. El zorro comió y el león se fue.
Al observar lo que sucedía, el hombre pensó que el universo le estaba enviando así una señal. Pero, ¿qué significaba el mensaje? Dejando su meditación, el hombre comenzó a buscar el significado secreto del mensaje. Finalmente, decidió que el universo le estaba indicando que en este maravilloso lugar hasta el formidable león se preocupa por el indefenso zorro.
«Aquí soy un tonto, queriendo comprender el conocimiento espiritual, pero todo el día pienso en la comida», reflexionó el hombre. – Seguiré sentado y meditando, y la comida vendrá a mí.
El hombre se subió a su roca y comenzó a meditar de nuevo. Al quinto día, ya no podía moverse, estaba tan agotado. Un sabio pasaba por el mismo bosque, se fijó en el hombre y decidió preguntarle qué le había pasado. El hombre respondió al sabio
– Recibí una señal del universo, obedecí, y esto es lo que me llevó. Fíjate en este zorro engordado. Todos los días viene un león con su presa y lo regala todo. ¿No es eso un mensaje de arriba? Por favor, dime que es el universo el que me habla.
Respondió el sabio:
– Definitivamente es una señal del Universo. Pero, ¿por qué has elegido ser un zorro herido y no un noble león?